Bienvenidos una vez más al blog. En esta ocasión, voy a tratar un tema polémico. Para una persona ciega o con baja visión, ¿es mejor un móvil con Android o un iPhone? El mismo debate se puede aplicar a las tablets.
Me interesa tratarlo por una cuestión de desconocimiento. En España, he escuchado a más de una persona decir que Android no es accesible, que la mejor elección es claramente iOS. Incluso he llegado a escuchar comentarios condescendientes absurdos hacia quienes se aventuraban a utilizar el sistema operativo de Google. Y lo peor es que estas opiniones vienen directamente de personas de una institución como ONCE, que debería velar por difundir información veraz y no opiniones infundadas.
Hoy voy a daros mi opinión personal al respecto como usuario de ambas plataformas. Intentaré desgranar diferentes aspectos para que os quede lo más claro posible. ¿Listos? ¡Empezamos!
Android no es accesible
Esta es una de las frases más repetidas y menos ciertas que se pueden escuchar. tiene distintas versiones. Desde la más taxativa, expuesta en el encabezado, hasta otras más matizables, como «Android no es tan accesible como iOS». ¿Qué tienen de verdad?
Si bien en origen esto era cierto, desde la versión 4.0 de Android se han ido incorporando una gran cantidad de mejoras al respecto. Lo que era válido hace diez años, hoy ya no lo es. Android es una plataforma madura y repleta de herramientas de asistencia. Prácticamente, ambos sistemas coinciden al 95% en cuanto a características de accesibilidad. En algunos puntos sale victorioso el de la manzana y en otros el de los del buscador.
Pero, ¿son más accesibles las aplicaciones que nos encontramos en iOS por definición? Esta es otra premisa completamente falsa. Ambas plataformas disponen de una capa de accesibilidad muy completa a disposición de los desarrolladores. Una aplicación será más o menos accesible en función del cariño y el esfuerzo que le pongan sus creadores. De hecho, hay casos como el de Telegram o Chessbase Online en los que la versión de Android resulta bastante más accesible.
Las aplicaciones que nos ayudan
Este también es un punto a tener en cuenta. Cara a cara, qué plataforma nos ofrece mejores aplicaciones para desenvolvernos en el día a día? Aquí hablamos de OCR, lectores de códigos, reconocimiento de escenas, detección de luz y colores…
Lo cierto es que aquí es donde más divergen ambas opciones. Las aplicaciones que encontramos en una muchas veces no están en la otra. Es difícil comparar. En mi experiencia, ambas cuentan con soluciones para casi las mismas cuestiones. Quizás en Android tengas que hacer uso de varias aplicaciones, mientras que en iOS baste con tener instalada Seeing AI.
Podríamos hablar de empate técnico también este aspecto. No obstante, creo que iOS gana por un estrecho margen. Tan estrecho que las nuevas funcionalidades relacionadas con la inteligencia artificial de Android podrían darle la vuelta a la tortilla en cualquier momento.
Siri VS Asistente de Google
Una de las herramientas más útiles que me parecen son los asistentes de voz. Han evolucionado mucho en los últimos años y a veces resulta más cómodo hablarle al móvil que navegar a través de menús. Apple fue la primera en presumir de músculo en este aspecto, pero, ¿cómo está el panorama hoy en día?
No creo que haya mucha discusión en este aspecto. El Asistente de Google es tan superior a Siri que le hace parecer idiota. Y, por lo mostrado en las últimas conferencias de Android, esta diferencia no va a hacer otra cosa que aumentar. La única ventaja de Siri reside en su integración con el sistema y la capacidad para cambiar todo tipo de ajustes con la voz.
Personalización del sistema
No es un secreto que Android es una plataforma mucho más abierta en todos los sentidos que iOS. Esto tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Una de las cuestiones que engloba este hecho es la capacidad de personalización del sistema.
La primera y más obvia es la capa de personalización de cada fabricante. Aunque la interfaz de Android puro ha mejorado notablemente, no son pocos los fabricantes que optan por añadir su propio toque diferencial. Algunas alteraciones son más comedidas, mientras que otras lo hacen parecer un sistema totalmente diferente.
Lo bueno es que también podemos cambiar esta apariencia como usuarios. Existen un montón de launchers que modifican el aspecto y comportamiento de la pantalla de inicio y del cajón de aplicaciones. Unos son más accesibles y otros menos. Lo mejor es que podemos elegir cuál se adapta más a nuestros gustos y necesidades.
Pero quizá lo que más me molesta de iOS, es que estas opciones se restringen al máximo. La plataforma no te permite cambiar ciertas aplicaciones por defecto, como pueden ser el navegador o el asistente de voz. ¿Qué pasa si no te gustan Safari o Siri? Te fastidias, porque no puedes hacer otra cosa que usarlas, a pesar de tener otras alternativas instaladas. Incluso los navegadores de iOS deben utilizar el mismo motor que Safari, de forma que la variedad y la competencia es nula.
Por si fuera poco, toda interacción con nuestro PC debe realizarse a través de la aplicación de iTunes en el caso del iPhone. No sé cómo será en los Mac, pero en Windows no me parece una aplicación demasiado accesible. Procuro utilizarla lo menos posible. Además, personalizar los tonos del teléfono es más complejo. Puede suponer una barrera para gente sin demasiados conocimientos digitales.
En resumen, el mayor problema de iOs es que, aunque puedes instalar aplicaciones que cubran mejor tus necesidades, a veces te encontrarás con que tienes que pasar por el aro de la manzana, quieras o no.
VoiceOver VS Talkback
Los lectores de pantalla son una cuestión importante a valorar. ¿Cuál es mejor? ¿Qué nos ofrece cada uno? ¿Cómo son de cómodos?
Lo primero que hay que decir es que los gestos básicos son exactamente iguales. Sí, vale, para pasar de página en Android se hace con dos dedos y en iOS con tres. Al margen de eso, son gemelos. Tampoco es que existan muchas más formas de plantearlo.
Android tiene una ventaja fundamental a la hora de realizar gestos complejos de Talkback: todos pueden realizarse con una sola mano. Cuando digo esto, me refiero a que, como no hace falta más de un dedo, no necesitamos la otra mano para sujetar el terminal. Mientras decidía si pasarme a iOS, era una de las cosas que más temía. Tener que sacar el móvil en la calle, con el bastón, y sentirme torpe porque no podía realizar todo lo que quería. Tras casi un año de uso, he de decir que se nota la diferencia, pero no es tan crítica como me había imaginado.
Un punto a favor que tiene iOS es el rotor. Me parece una solución más fácil de usar que los menús contextual y global de Android; más que nada porque casi siempre me salía mal el gesto para abrirlos. Eso sí, el rotor requiere las dos manos por obligación. Así que, si antes he dicho que no me parecía crítico este factor, hay situaciones en las que sí lo es.
En lo que VoiceOver, junto con todo el sistema de accesibilidad, barre a Android por completo, es en la integración con el sistema y las aplicaciones de Apple. Se nota que han trabajado mucho esto. Es una gozada navegar por la galería de fotos o la reproducción de contenidos multimedia. La descripción inteligente de las imágenes también es fabulosa. ¿Es una ventaja decisiva? No. Se puede vivir sin ello. Pero sí que creo que VoiceOver está un punto por encima de Talkback en términos globales.
Lo que más me gusta es el teclado del iPhone. Aunque había probado teclados fenomenales en Android, como Swift Key, la forma de trabajar con las dos manos con VoiceOver me parece el acierto más grande. Sin duda, escribo ahora mucho más rápido que antes.
Durabilidad y precio
No nos vamos a engañar. La calidad y rendimiento que ofrece un iPhone es formidable. Sólo las gamas altas de Android pueden competir con él. Sin embargo, hay un aspecto en el que ningún terminal actual del mercado puede hacerle sombra: la durabilidad.
El principal problema de Android se conoce como fragmentación. Es la parte negativa de ser una plataforma tan abierta. Cada fabricante incluye sus propias características. Esto hace que las actualizaciones de software deban llegar de la mano de estos y no de Google. ¿El resultado? Muy pocos dispositivos están actualizados a la última versión, incluso a la penúltima. Aunque Google se ha esforzado por reducir este problema en los últimos años, persiste como una lapa adosada a la carcasa de nuestro teléfono.
En el mejor de los casos, podemos esperar que un dispositivo con Android reciba actualizaciones durante un par de años. Algunos exceden ese periodo, pero casi ninguno pasa de tres. Es cierto que gracias a la naturaleza abierta del sistema, se pueden encontrar roms no oficiales que actualizan nuestros dispositivos antiguos. Sin embargo, esto sólo pueden planteárselo usuarios avanzados.
Por contra, la media de recepción de actualizaciones de iOS es de unos cinco años. Esto quiere decir que, si me compro el último modelo de iPhone, me garantizan que no me voy a quedar desfasado hasta dentro de un lustro. Al menos en cuanto al software se refiere, porque el hardware es otro cantar.
Las tecnologías se suceden rápidamente, y esto, por desgracia, no es actualizable. Uno puede encontrarse con que su flamante iPhone de última generación queda desfasado en cuanto a conectividad respecto a terminales de gama media o baja de Android en apenas un año. Apple no es precisamente famosa por adoptar rápidamente las nuevas tecnologías.. Por ejemplo, Samsung y otros fabricantes apostaron ya el año pasado por incluir módem 5G en algunos terminales. Por contra, el iPhone 12 será el primero que disponga de esta posibilidad cuando salga en septiembre, casi dos años más tarde que la competencia.
Relativo a esto, está el asunto del precio. Todos sabemos que los iPhone se mueven en la gama alta. Encontrar un modelo nuevo por debajo de los 700 €es una quimera. En cambio, se pueden adquirir terminales Android bastante competentes por menos de 200 €. No van a ser tan potentes como el iPhone o un modelo de gama alta, pero creo que tampoco vamos a aprovechar la potencia que ofrecen estos. Sobre todo se puede apreciar en juegos y aplicaciones gráficamente exigentes, cosa que, por nuestras circunstancias, raramente usaremos.
Conozco gente que opta por un término intermedio. En lugar de comprar el último modelo de iPhone, recurre a un modelo con dos o tres años de antigüedad. Son significativamente más baratos y pueden entrar en el rango de precios de la gama media de Android, normalmente con mejor rendimiento. Sin embargo, pienso que es un error grave. Con esto, perdemos la principal ventaja en cuanto a durabilidad de los terminales de Apple, la actualización del software. De cinco años, se verá reducida a dos o tres, con lo que no habrá diferencia respecto a un Android recién salido del horno. Además, partirá con desventaja en cuanto a tecnologías del hardware, con lo que habremos adquirido un terminal caro y que quedará desfasado rápidamente.
¿Significa esto que es más rentable comprar un Android? No. Creo que la clave es pensar en el iPhone como una inversión a amortizar. Mientras que un terminal de gama baja o media de Android podemos amortizarlo en dos o tres años, el iPhone debemos amortizarlo en cuatro o cinco años. Es una adquisición cara que sólo sale a cuenta si pensamos en el largo plazo. Aquí cabe hacerse una pregunta: ¿somos suficientemente cuidadosos para que nos dure tanto?
Conclusión
No creo que haya una opción mejor. Cada una se adapta a unas necesidades y gustos particulares. HE sido usuario de Android durante siete años y ahora me he pasado al sistema de la manzana por eso mismo, porque tenía necesidades que cubrir. Es vuestra decisión. Una decisión que espero que este artículo os ayude a tomar.
Sin embargo, mi respuesta cambiaría si me preguntaseis cuál creo que es la mejor opción para la mayoría de la gente. En ese caso, diría que Android es claro favorito. Las pocas ventajas que ofrece iOS no compensan la diferencia de precio para ellos. Gastar más por algo que no vas a usar, es tirar el dinero.
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