Un adolescente autor de la matanza de su propia familia con una katana. Esa es la imagen que se le viene a la gente cuando escucha la palabra rol. Es algo que ha quedado impreso a fuego en el imaginario colectivo, sobre todo en personas de cierta edad.
Sin embargo, los juegos de rol tienen más que ver con el teatro que con crímenes escalofriantes. Probablemente, sin saberlo, todos hemos sido partícipes de ellos. ¿Quién no ha jugado a los papás y mamás, a los indios y vaqueros, o a cualquier otra cosa de pequeño? En efecto, los juegos de rol pueden verse como una extensión de esas tardes risueñas de la infancia. Nos ponemos en el papel de algo que no somos y que, seguramente, nunca seremos. Todo con un únicco fin: pasarlo bien.
Además, en el caso de la ceguera, es una actividad bastante inclusiva. Normalmente, no se necesita más que la propia voz para poder participar. Sí, normalmente, también incluye dados, fichas de papel, manuales… cosas que no son tan accesibles. No obstante, todo esto puede suplirse con facilidad, bien por unos buenos amigos que nos adapten cuanto sea posible los materiales, bien por las nuevas tecnologías. Y es que el rol es cada vez más accesible gracias a ellas.
La mesa de juego
Una mesa, unas cuantas sillas, unos refrescos, algo para picar y colegas con ganas de pasarlo bien durante unas horas. Es todo lo que se necesita para jugar al rol. Uno de ellos, conocido como narrador, director o master, se encarga de preparar la sesión. Mueve los hilos de la trama, interpreta personajes con los que los jugadores pueden interactuar, establece las reglas y mecánicas que rigen las acciones…
El resto, simplemente, se deja llevar. Se sumerge en el mundo que les han preparado. Toma el papel de un aventurero, un clérigo, un mago o, incluso, algo mucho más mundano. Hay mil y una ambientaciones. Desde las más típicas de fantasía épica, como la famosa Dungeons & Dragons (D&D), también conocida como Dragones y Mazmorras, pasando por la fantasía urbana, cyberpunk o el terror. Todo depende de los gustos. Cada grupo de jugadores tiene los suyos, pero seguro que encuentras algo que te atraiga.
Todo se desarrolla a través de conversaciones y de decir (que no hacer) las acciones que llevas a cabo con tu personaje. Lo siento si pensabas que era una buena ocasión para sacar a relucir ese hacha que tienes guardado en el desván. Salvo que juegues rol en vivo, donde los jugadores se mueven por un área delimitada y suelen llevar atrezo, no tendrás ocasión de blandirla. Y, aun así, probablemente no es una buena idea. Podrías tener problemas con la ley, al margen de que no suele estar permitido llevar armas reales.
De vez en cuando, habrá ocasiones en las que haya que determinar si alguna de tus acciones tiene éxito o no. El modo más habitual de hacerlo es con una tirada de dados. Dependiendo del juego, estos tendrán más o menos caras, o incluso tendrás que usarlos de varios tipos. Aquí podemos encontrarnos la primera barrera de accesibilidad. Barrera bastante salvable, simplemente con la colaboración del resto de jugadores. Total, hemos venido a divertirnos, no a putear a nuestro amigo que no ve. Aun así, siempre podemos recurrir a la tecnología. Podemos encontrar apps y webs que nos permiten lanzar los dados de forma digital y consultar el resultado, si es que no nos fiamos de los demás.
Las tiradas suelen ir relacionadas con ciertas características del personaje. No son iguales para todos. Por ejemplo, un tipo corpulento lo tendrá más fácil para tirar una puerta, pero quizás se le dé peor resolver un rompecabezas. Esto se refleja en la hoja o ficha de personaje a través de ciertos valores. Tradicionalmente, esto se hacía en papel. No obstante, nada nos impide tenerlas digitalizadas en un documento o hacer uso de aplicaciones especializadas.
Cada juego tiene sus reglas, su forma de tirar y de hacer las fichas. Todo eso se recoge en manuales. Por suerte, desde hace unos años estos manuales se comercializan cada vez más en formato digital. Eso nos permite acceder a información que antes nos estaba restringida. Ya no necesitaremos recurrir a terceras personas cada vez que queramos consultar el efecto de una habilidad o las características de un objeto.
¿Y ya está? Sí, ya está. Al menos en lo referente a lo más típico. Siempre hay que tener en cuenta que los jugadores pueden utilizar en mayor o menor medida elementos no accesibles, como grabaciones, dibujos, mapas… Ahí ya entra la implicación del propio grupo. En mi experiencia, he tenido siempre compañeras y compañeros fantásticos que siempre me han ayudado, y juntos hemos tratado de resolver cualquier inconveniente.
Un ocio perfecto en tiempo de pandemia
Antes he dicho que necesitábamos una mesa y sillas para poder jugar. He mentido un poco. Mucho del rol que juego es a través de internet.
Podemos cambiar esos dos elementos por Skype o cualquier otra aplicación de llamadas grupales. Os garantizo que la diversión no disminuye un ápice. Además, esto nos permite tener grupos de juego incluso aun estando separados en la distancia. Perfecto para tiempos de pandemia o amigos que están separados por las circunstancias.
Esto también beneficia a perfiles con discapacidad auditiva. Gracias a las nuevas técnicas, es posible generar subtítulos en tiempo real, de modo que les será mucho más fácil sentirse integrados en el grupo y disfrutar del juego.
Una actividad que fomenta lazos y la colaboración
Al revés que la mayoría de los juegos, el rol no se plantea como una actividad competitiva. Muy al contrario, los jugadores deben colaborar para resolver los desafíos que el narrador les pone por delante. Si no lo hacen, es muy probable que fracasen. Siempre surgen algunas rencillas entre personajes, obviamente. Al final, cada uno tiene su trasfondo y sus propios intereses que lo mueven. Sin embargo, es importante no perder el norte y no jugar contra tus compañeros.
Además, las historias que se desarrollan involucran muchas veces situaciones complicadas con las que empatizamos de una u otra forma. Cogemos cierta perspectiva, crecemos como personas y aprendemos a ver matices más allá del blanco o del negro. Un buen master te pondrá delante personajes que no son del todo malos ni del todo buenos. También te hará enfrentarte a circunstancias que harán tambalearse los propios cimientos morales y éticos del jugador. Por eso esta afición es tan grande, tan compleja y tan rica..
Mis recomendaciones
Desde hace tiempo, vengo usando los manuales de Nosolorol (se abre en una ventana nueva). Sus productos incluyen siempre una versión digital. Así que, aunque me he comprado ejemplares físicos porque la edición era fabulosa y sibarita se nace, tengo almacenados en mi ordenador esos mismos volúmenes en PDF. No cumplen con todos los estándares de accesibilidad que se les podría pedir, pero por lo menos se puede consultar la mayor parte del material al ser casi todo texto. Ojalá algún día sean 100% accesibles, que ayudaría mucho para interpretar las tablas rápidamente.
También recomiendo DnD Beyond (se abre en una ventana nueva). Esta web está pensada para tener todo lo necesario para jugar a Dungeons & Dragons 5ª edición. Desde los manuales, que puedes comprarlos en digital y consultarlos directamente en la web, bien de forma completa o los apartados, objetos, habilidades… concretas que quieras buscar. Además, tiene un sistema de fichas electrónicas para almacenar todos los datos de tus partidas. Lo malo es que no es accesible, aunque se pueden usar bastantes cosas con el lector de pantalla. Ah, y también que está en perfecto inglés.
Dedicado a los Misadventurers.
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