Seguramente, muchos de vosotros pensaréis lo mismo que pensaba yo: ¿para qué diablos quiero un reloj inteligente? Ya tengo un teléfono móvil que me dice la hora, además de toda una ristra de funciones para la que puedo emplearlo. Además, ni siquiera puedo hacer algo, en mi caso, como, simplemente, mirar la hora. Así que, ¿merece la pena un reloj inteligente?
Pues bien, me hallaba yo en la playa y me topé con un problema. Nunca me ha gustado llevar mi teléfono a cuestas si no puedo tenerlo controlado. Dejarlo junto a la toalla, en la bolsa con el resto de cosas, se me hace complicado. Estoy nervioso. No disfruto de lo que quiera que esté haciendo, porque en mi interior siempre ando pensando que alguien me lo va a robar.
Entonces fue cuando entendí qué utilidad podía tener uno de estos relojes. Pensé en más situaciones en que pudiera serme útil. El gimnasio tal vez. Además de la ventaja ya mencionada, estos chismes cuentan con un montón de sensores: ritmo cardiaco, quema de calorías, oxímetro… Eso era lo que yo sabía a ciencia cierta. Nunca había podido tener uno, ni siquiera echarle un vistazo detenidamente. ¿Podría tener más utilidades por descubrir?
Visto que estaba de oferta, decidí adquirir un Apple Watch y comprobarlo por mí mismo. Hoy os voy a contar lo que he podido encontrar tras esta compra, la experiencia que he tenido. Espero que os sirva si estáis pensando en comprar uno o, como yo, no sabéis si realmente va a serviros para nada.
En primer lugar, el modelo que adquirí es el Series 6 de 44 mm. Es bastante cómodo para mí, que no tengo una muñeca excesivamente grande. Si sois personas con esta articulación extremadamente fina, quizás si que os convenga echarle un vistazo al modelo de 40 mm. En cualquier caso, ambos se ajustan más o menos bien a bastantes tallas.
Este reloj trae varios sensores interesantes, como el oxímetro, tan de moda hoy en día. Además, tiene la capacidad de realizar electrocardiogramas, lo que puede ser un punto a favor para quienes padecen de corazón. ¿Qué mejor que vigilarse en tu propia casa? Por supuesto, mide calorías quemadas, pulsaciones, sueño… Todo el equipo estándar de este tipo de complementos. Por supuesto, cuenta con VoiceOver como lector de pantalla, además de otras opciones de accesibilidad.
La puesta en marcha fue bastante sencilla, aunque no carente de algún obstáculo. Tras reconocer un código QR que se mostraba en la pantalla del reloj con la cámara del iPhone, un asistente me guio en pocos pasos. En menos de una hora, tuve todas las aplicaciones necesarias instaladas en mi reloj, listo para funcionar. Este es un punto importante: el reloj sólo es compatible con productos de Apple, como el iPhone o el iPad. Si no lo tienes, un familiar puede configurarlo por ti con su dispositivo, pero muchas de las funciones, como la recepción de notificaciones y respuestas, no podrás usarlas.
OK, ya tenía mi reloj preparado. ¿Qué tal la primera impresión? Si tienes algo de experiencia con VoiceOver en otros productos de Apple, no te será difícil hacerte con los gestos. La mayoría son iguales, aunque muchos se han eliminado, sobre todo los que usan más de dos dedos. Esto obedece a dos motivos: es difícil plantar más de dos dedos en una pantalla tan pequeña y, sinceramente, no son necesarios. Esto no es un móvil. La interfaz no es tan compleja y las aplicaciones no te permiten hacer tantas cosas. Ese es otro punto que destacaría: no va a sustituir a tu teléfono aunque sea la versión con capacidad para tarjeta SIM, sino que lo complementa.
Bueno, ¡pero esto es un reloj! ¿Qué hay de consultar la hora? Pues podemos hacerlo de dos formas. En la esfera, eso a lo que podríamos llamar pantalla de inicio en otros ámbitos, tenemos disponible la hora, amén de otros datos de interés que podemos personalizar. Podemos consultarla desde aquí como hacemos en el móvil, utilizando VoiceOver hasta situarnos sobre ella. Sin embargo, esto es ruidoso y no apto para todos los entornos. Pues bien, si pulsamos dos veces la pantalla mientras está bloqueada, recibiremos un feedback háptico mediante vibraciones que sólo tendremos que contar para saber la hora. Esto lo he visto en algunos dispositivos tiflotécnicos que, por otra parte, también son bastante caros.
Pulsando la corona digital, podemos acceder al cajón de aplicaciones o incluso invocar a Siri. Con el botón, podemos ir a las aplicaciones recientes o abrir Wallet para pagar. Lo cierto es que me gusta bastante cómo han aprovechado los diferentes elementos físicos del aparato para crear una forma de interactuar muy natural.
El tema de las notificaciones era otro apartado que me preocupaba. ¿Iban a sonar todas las cosas de mi casa cada vez que recibiera un mensaje por Whatsapp? Pues esto también lo debieron pensar quienes se encargaron del proyecto. El reloj está sincronizado con el teléfono, de forma que cuando no estés usando este último, las notificaciones las recibirás en el Apple Watch. En cambio, si estás utilizando el iPhone en ese momento, este será el que las reciba. El modo no molestar también se sincroniza entre ambos, así que no hay que repetir las mismas operaciones cuando queramos un poco de paz.
Lo que más destacaría es la comodidad que ofrece. Ya no tengo que sacar el móvil cuando recibo una notificación o una llamada. Puedo atenderlas desde el reloj. Bien dictando la respuesta, bien eligiendo una de las sugeridas, que son muy útiles cuando uno sólo tiene que responder algo corto, como un «Vale». El tema de las llamadas también es una gozada. Simplemente, puedo hacer cualquier otra cosa con toda libertad, con ambas manos libres, sin tener que ponerme los auriculares si no quiero. Hacer la comida, la colada o planchar nunca ha sido tan sencillo mientras hablas con otra persona. Sin tener que preocuparte de llevar a cuestas el móvil con el manos libres. Sin tener que apartar un momento el bastón por la calle para atenderlas.
Las características de salud también son un punto interesante para muchos. En mi caso, lo que más agradezco es el recordatorio para ponerme en pie de vez en cuando. La espalda sufre mucho si no después de tantas horas sentado. También te incita de una forma muy curiosa, mediante diferentes anillos, a que completes tus metas diarias de movimiento. Por supuesto, también te manda a dormir si le configuras un horario de sueño.
En cuanto al ejercicio más puro, el reloj detecta automáticamente cuándo lo estás realizando. Sin embargo, si quieres que sea preciso, estimando bien las calorías, midiéndote el pulso… tienes la app Entreno, que te permite iniciar un montón de actividades distintas. También es sumergible, con lo que puedes utilizarlo para natación. Sólo activa el modo agua para que la pantalla no haga cosas raras. Al terminar, podrás expulsar todo el agua con sólo girar la corona digital hasta que oigas un ruido bastante reconocible.
Eso sí, la batería hay que tenerla en mente a diario. Tan sólo nos durará un día con un uso normal, dos siendo optimistas. De todos modos, el modo ahorro de energía deshabilita todas las funciones excepto el reloj, así que nunca te quedarás sin saber la hora.
En definitiva, mi experiencia con el Apple Watch ha sido altamente positiva. Mis temores se han despejado por completo. Otra cosa es si me preguntáis si merece la pena gastarse el dinero en él. Ahí la respuesta es más difusa. Dependerá bastante del uso que le vayáis a dar y de vuestras costumbres. En mi caso, tengo que decir que ha sido una buena compra.
En ese sentido, también hay que tener en cuenta las alternativas habituales en el caso de la tiflotecnia. ¿Cuánto cuesta un reloj parlante? ¿Y uno vibratorio? ¿Qué extras me da el Apple Watch en comparación? ¿Cuánta vida útil tienen? Son diferentes variables a considerar, igual que los diferentes rangos de precio, según el modelo que queramos. Esa es una decisión personal que espero haberos ayudado a tomar con esta entrada. ¿Qué os parece? ¡Dejad vuestras impresiones e inquietudes en los comentarios!
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